Vía de la Plata: Etapa 1

Partimos de la capital andaluza a lo grande, por su catedral de Santa María, considerado el templo gótico más grande del mundo y donde se cree que estuvo o está enterrado Cristobal Colón. Desde su portada principal, la de la Asunción, seguimos por la avenida de la Constitución y las calles García de Vinuesa, Jimios, Zaragoza y Reyes Católicos. Al finalizar esta última cruzaremos el puente de Isabel II, también conocido como puente de Triana, sobre el Guadalquivir, aguas que bañan también el famoso Parque Nacional de Doñana. Como su nombre indica, entraremos así en el barrio de Triana, cuna de numerosos bailaores, cantaores y artistas flamencos en general. Tras pasar por la basílica del Patrocinio o del Cristo del Cachorro, muy popular entre los devotos sevillanos y andaluces en general, giramos a la derecha subiendo unas escaleras y aproximándonos a la autovía. Cruzamos hasta una glorieta, la cual bordeamos hasta un aparcamiento inferior y en las proximidades de un puente peatonal que cruza sobre el río. Una indicación nos muestra las dos opciones disponibles para continuar hasta Santiponce:

• Si seguimos de frente continuaremos hacia la población de Camas, en el entorno de la Vega del Guadalquivir y en el otro extremo el Ajarafe. Allí podremos visitar su iglesia parroquial de Nuestra Señora de Gracia y el monumento de la torre del Cortijo de Gambogaz.
• Si seguimos el curso del río a algo menos de un kilómetro nos internamos por un camino a la izquierda dejando a un lado las poblaciones de Camas y el Cerro de Santa Brígida. Pasaremos a continuación bajo la autovía en dos ocasiones y también salvando las vías del tren bajo otro puente. Tras casi diez kilómetros de caminata nos iremos aproximando a Santiponce, en cuya entrada nos espera el monasterio de San Isidoro del Campo, fundado a comienzos del siglo XIV por Guzmán “el Bueno”. Entre sus muros se vivieron momentos clave, plantándose allí mismo la semilla de la Reforma católica al traducirse y leerse libros vetados por la Inquisición y siendo varios monjes ejecutados por ello. Tras esta parada seguimos otro kilómetro y medio más para hacer la segunda visita en el día de hoy, al Conjunto Arqueológico de Itálica. Esta antigua ciudad romana jugó un importante papel en el Imperio, tanto político como estratégico-militar, remontándose sus orígenes al año 206 a.C. y estando rodeado por unas altas murallas. Albergaba un teatro, anfiteatro, acueductos, termas y varios templos y edificios públicos. Desde aquí continuamos siguiendo el curso de una carretera secundaria, transitando por su arcén hasta llegar a una rotonda, donde cruzamos la nacional y seguimos hasta La Algaba. Tras cruzar de nuevo bajo un puente que sobrevuela la autovía nos adentramos en una pista infinita que tras unos cuatro kilómetros desemboca en el arroyo de los Molinos. Si sus aguas no vienen muy cargadas lo cruzaremos con precaución, sino toca volver sobre nuestros pasos aproximadamente medio kilómetro para coger un camino a la izquierda que nos lleva hasta la carretera nacional. Deberemos seguirla hasta toparnos con la anterior carretera secundaria que nos llevará hasta Guillena. En el caso de que podamos cruzar el arroyo tendremos que seguir por la anterior recta cruzando por la inmensidad de los campos de labradío, llegando tras otro par de kilómetros al arroyo Galapagar, ya a las puertas de Guillena.

No olvides tener en cuenta:

En esta etapa tendremos que transcurrir durante aproximadamente un kilómetro por una carretera sin arcén por lo que debemos tomar muchas precauciones. El punto crítico de esta jornada es el arroyo de los Molinos, el cual debemos cruzar pero no existe paso para ello. Si no lleva demasiada agua no habrá problema, pero si por el contrario no podemos cruzar debemos retroceder medio kilómetro y coger una pista a mano izquierda que nos lleva hacia la carretera nacional y a continuación por una carretera secundaria hasta Guillena.