Vía de la Plata: Etapa 18

Salimos con las pilas cargadas de Fuenterroble de Salvatierra hacia la carretera que va a Casafranca. Algo más de un kilómetro más tarde nos internamos por una senda a mano derecha que avanza entre campos de ganado hasta el arroyo de Navalcuervo durante aproximadamente unos seis kilómetros. Desde aquí ascendemos por otro sendero con alguna que otra encina topándonos con las ya famosas portezuelas de los pastores y ganaderos, donde torcemos primero a la izquierda y a escasos metros a la derecha, bordeando la valla campo a través. Un poco más adelante el camino se ensanchará un poco, dejándonos guiar en todo momento por modestas flechas amarillas pintadas sobre piedras o troncos. Aproximadamente tras haber recorrido unos diez kilómetros desde Fuenterroble de Salvatierra llegaremos a un cruce, donde debemos continuar todo recto en dirección ascendente hasta el siguiente cruce de caminos, donde cambiamos de senda a la izquierda. No queda otro remedio que ascender hasta el Pico de la Dueña, donde una cruz de Santiago nos recibirá como recompensa al esfuerzo. A pesar de encontrarse a más de mil cien metros de altitud ascenderemos suavemente, sin toparnos con demasiadas dificultades durante casi cuatro kilómetros de recorrido. Tras la parada obligatoria para recuperar fuerzas en lo alto y admirar las vistas toca descender entre robles por una senda parecida a la anterior y que nos conducirá a una carretera. Seguiremos por ella pasando por una dehesa repleta de toros hasta el arroyo Mendigos y la posterior finca Calzadilla de los Mendigos. Tocará continuar sobre asfalto durante casi cuatro kilómetros, concretamente hasta una indicación que nos muestra el desvío a San Pedro de Rozados, girando a la izquierda y adentrándonos finalmente en esta localidad. Este pequeño municipio de apenas trescientos habitantes pertenece al denominado Campo Charro, zona comprendida en los alrededores de la ciudad de Salamanca.

No olvides tener en cuenta:

La ausencia de puntos intermedios nos obligará a ir bien cargados de provisiones y sobre todo de agua. A pesar de suponer una de las cotas más altas hasta el momento el ascenso es suave y moderado, alternando caminos de tierra con asfalto a lo largo de la jornada, por lo que esta etapa no supone tampoco dificultades añadidas para ciclistas o personas con movilidad reducida.