Vía de la Plata: Etapa 19

Abandonamos San Pedro de Rozados por la avenida Comuneros, la cual desemboca en otra carretera. Cruzamos esta vía y a escasos metros torcemos a la izquierda adentrándonos en una pista que nos conduce a Morille, antesala de Salamanca. Aquí podremos parar a desayunar si aún no lo hemos hecho o aprovisionarnos para el resto de la etapa. Salimos de este ayuntamiento por la calle Larga en busca de otro sendero muy similar al anterior, entre extensos campos de labradío y de ganaderos. Esto provoca que, al igual que en etapas anteriores, tengamos que traspasar varias cancelas (recuerda cerrarlas tras tu paso para evitar que de existir algún animal se pueda escapar). Continuamos por este paisaje rodeado por momentos de encinas para seguir siempre pegados a un pequeño muro de piedra, rumbo a un arroyo próximo. Tras cruzarlo y superar otra cancela, giramos a la izquierda por otro camino pincelado por momentos con alguna que otra encina. Por el núcleo de Aldeanueva continuamos otros tres kilómetros hasta alcanzar un cruce de caminos, concretamente el de Miranda de Azán, la cual dejamos a nuestra derecha. Otro pequeño arroyo sale a nuestro encuentro a menos de medio kilómetro, el de la Fuente de la Porra, y tras cruzarlo, seguimos por pistas y caminos agrarios hasta toparnos con la autovía a algo menos de cinco kilómetros. La salvamos bajo uno de sus puentes y, al rato, nos encontramos con una rotonda, debiendo continuar siempre de frente hacia un parque. A continuación, deberemos salvar también las vías del tren por un túnel y, al rato, salir al río Tormes, el cual nos da la bienvenida a Salamanca. Cruzamos por uno de sus puentes y a partir de ahora deberemos prestar atención al suelo, donde las conchas jacobeas nos guiarán por la ciudad. Desde dicho puente continuamos por las calles Tentenecio, Expolio y, por último, la Arcediano, donde se encuentra el albergue municipal y donde damos por finalizada la etapa de hoy. Si hemos salido bien temprano de San Pedro de Rozados tendremos la oportunidad de recorrer a placer la “muy noble y leal” Salamanca, cuyo casco antiguo fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Sus impresionantes catedrales, la plaza Mayor, los numerosos conventos e iglesias y palacios otorgan a la ciudad salmantina de una belleza única e irrepetible.

No olvides tener en cuenta:

Conviene salir temprano de San Pedro de Rozados para poder disfrutar del máximo tiempo posible en Salamanca. De camino tan sólo podremos parar para aprovisionarnos o tomar algo en Morille, a unos cuatro kilómetros de distancia desde nuestra partida. Se trata de una etapa sencilla, sin demasiados desniveles y en donde iremos intercalando caminos rurales con pistas parcelarias. Esta etapa no supone dificultades añadidas para ciclistas o personas con movilidad reducida.