Camino Portugués: Etapa 22

Iniciamos la andadura por la antigua calle de isidoro Queimaliños, enlazando las rúas do Cruceiro, Loureiro y Picota mientras pasamos bajo los imponentes arcos del Viaducto de Pontevedra, bajamos hacia la nacional para reencontrarnos con ella una vez más en esta andadura y comenzamos la jornada. La capilla barroca de Santa Mariña será la primera maravilla en darnos los buenos días al tiempo que abandonamos Redondela en paralelo a la N-550. El primer pueblo tras abandonar Redondela en el que nos vamos a adentrar es Cesantes a unos 3 kilómetros aproximadamente, en el se encuentra el punto más peligroso de todos los camino al cruzar la nacional. Unos 4 km más, en los cuales a parte de encontrarnos mucho asfalto de carreteras locales, nos toparemos con unas vistas espectaculares de la Ría de Vigo.

Siguiendo estas carreteras comarcales pasaremos por pequeños pueblos de la Galicia Rural hasta la llegada a Arcade, Concello de Soutomaior, tramo en el que nos encontramos una pronunciada subida con un área recreativa y de descanso en la mitad del trayecto para que podamos tomarnos un respiro. Luego nos tocará descender en busca de la carretera que nos adentrará en Arcade, pueblo turístico donde podremos parar a descansar y si estamos dispuestos a desviarnos unos kilómetros, ver el majestuoso Castillo del pueblo así como sus jardines que reúnen hasta 500 especies diferentes de camelias. Si le pilla la hora de la comida no puede irse sin probar las ostras, las cuales hicieron tan famoso este pueblo.

Abandonaremos el pueblo en un descenso hasta Ponte Sampaio, un imponente puente de piedra que salva el río Verdugo y que fue testigo de una de las más crudas batallas durante la guerra de la independencia (Junio 1809), que supuso que las tropas francesas comandadas por el Mariscal Ney acabaran anunciando su retirada de territorio gallego y concediendo a la milicia gallega y el ejército español la gloria de la victoria en la lucha por la independencia de la patria.

Procedemos a continuar nuestro caminar por el borde de la carretera, nos encontramos pronto con el Pazo de Bellavista y un crucero donde deberemos girar a mano izquierda para abandonar Ponte Sampaio en una subida bastante relajada. Al frente deberíamos encontrarnos Ponte Nova, un puente medieval que desde el año 2006 se vino abajo tras una riada y provocó el desvío del trazado del Camino y la construcción de un nuevo puente que salvara el paso del río.

Tras el paso por la pasarela metálica, los aires romanos nos invaden nuevamente, ya que grandes losas visten el suelo de la antigua vía Romana XIX que unía Astorga con Braga dejándonos una estampa cargada de belleza y de historia en el lugar que ahora es conocido como Brea Vella de Canicouva. Los ciclistas son los principales perjudicados de este firme, puesto que mantenerse erguidos sobre la bici es una dura tarea sin echar pie a tierra en algún momento. La mezcla de tierra y piedra nos conduce hasta Figueirido, donde las aguas de su fuente natural nos permitirán saciar nuestra sed y aprovisionar nuestras cantimploras. Tras el avituallamiento emprendemos descenso hasta la parroquia de Santa Comba de Bértola y un pequeño tramo rodeado de eucaliptos, castaños y robledales que culminan en una nueva senda de tierra que nos conducirá hasta la Capilla de Santa Marta.

Aquí nos topamos con un cruce con la carretera comarcal que deberemos tomar a mano izquierda y continuar a lo largo del arcén para dejar atrás los lugares de O Pobo y Marco y acceder por fin a vislumbrar la ciudad de Pontevedra a nuestro paso bajo las vías del tren.

La ciudad nos espera con todo su esplendor cultural, paisajístico y cargado de historia dispuesta a recibir con los brazos abiertos a cuantos peregrinos quieran disfrutar de su grandeza.

No olvides tener en cuenta:

En esta etapa hay que tener el cuenta y extremar la seguridad en todos los cruces de la N-550 y los tramos por el arcén de la misma es por ello que se recomiende que te asegures bien antes de cruzar y que incluyas en tu indumentaria ropa reflectante para que los vehículos que circulen te puedan visualizar con antelación. Esta recomendación también es importante que la tengan en consideración los peregrinos en bicicleta y las personas con movilidad reducida.

Además, en ambos casos, deberán prestar especial atención a la bajada desde O Santiaguiño, puesto que es un descenso muy pronunciado aunque las piernas lo van a agradecer después de la subida, hay tener cuidado no nos vaya a jugar una mala pasada. Además como mencionamos, la Brea Vella de Canicouva es un punto complicado donde muy posiblemente todos los ciclistas deberán empujar sus bicicletas durante un kilómetro y las personas con movilidad reducida deberán tomar la opción de continuar por carretera.