Una mañana normal, en cualquiera de las poblaciones por las que atraviesa alguna de las diferentes rutas del Camino de Santiago, lo primero en escucharse sería el paso acompasado de los numerosos peregrinos que se levantan temprano para dar inicio a una nueva etapa con la mente puesta en alcanzar Santiago y su imponente Catedral.
Tal es el auge que ha venido experimentando el Camino en la última década, que el pasado año 2019 batió su récord histórico de peregrinos, alcanzando la cifra de 347.538 peregrinos que recogieron su Compostela en la oficina del peregrino. Sin embargo, por primera vez en once siglos, el Camino de Santiago se vacía sin sentir los pasos de ningún caminante ni las marcas de rodaje de los neumáticos de cuantos aficionados a la bicicleta deciden recorrerlo sobre las dos ruedas cada año, y todo ello provocado por un enemigo invisible que atemoriza al mundo entero, el virus Covid-19, más conocido comúnmente como el Coronavirus.
Tras las primeras noticias sobre el virus en el mes de enero y el duro azote que estaba provocando en la ciudad china de Wuham, capital de la provincia de Hubei, parecía quedar muy lejos la posibilidad de que en Europa y concretamente en España se sintiera su efecto en magnitudes semejantes a las del país asiático. Sin embargo, fue un mes más tarde, hacia finales del mes de febrero, cuando las noticias de que el Coronavirus estaba castigando duramente a Italia cuando empezamos a tener mayor conciencia sobre la magnitud del problema, que terminaría por confirmarse durante las dos primeras semanas de marzo, con el crecimiento exponencial de contagios a nivel mundial y las primeras medidas drásticas orientadas a combatir la propagación del mismo.
El decreto de medidas de confinamiento y distanciamiento social por parte de diferentes países, entre ellos la propia Italia y España, así como el cierre de muchas fronteras que impedían moverse con la libertad a la que veníamos acostumbrados marcaron el inicio de un periodo en el que el Camino de Santiago empezaba a vaciarse para luchar unidos frente a una pandemia galopante protegiendo el que posiblemente sea el recurso más importante del que disponemos, la salud. Fue el 13 de marzo cuando el gobierno de la Xunta de Galicia decretó el cierre de todos los albergues del Camino de Santiago como medida excepcional para controlar el avance del Coronavirus, ordenando también la clausura de la Catedral de Santiago, dejando solamente abierto el albergue de Monte do Gozo con la finalidad de que sirviera de hospedaje a todos aquellos peregrinos a los que la situación había cogido de improviso y que no pudieran regresar a sus hogares debido al cierre de fronteras y a las restricciones de desplazamiento promovidas a nivel estatal.
El propio 13 de marzo marcó un punto de inflexión en el Camino, el Covid-19 había conseguido algo que ni las dos guerras mundiales ni la propia Guerra Civil española habían conseguido, vaciar el Camino de peregrinos procedentes de todas las partes del mundo. Muchos alojamientos ya habían tomado la decisión de retrasar su apertura, dado que habitualmente cierran un par de meses al año para tomarse un merecido descanso y dar inicio a una nueva temporada alrededor del mes de marzo, sin embargo, este año esa apertura nunca llegó.
Desgraciadamente, el impacto provocado por el virus será de una gran magnitud en torno al Camino, donde miles de alojamientos empezaban a calentar motores para un año que se presentaba excepcional y con la vista puesta en el Xacobeo 2021, provocando que solamente en Galicia se pierdan alrededor de 2.500 millones de euros y más de 30.000 empleos debido al parálisis total de la actividad turística, siempre y cuando el confinamiento permitiese abrir sus puertas de forma escalonada el segundo semestre del año, de lo contrario, las pérdidas podrían ser tremendamente más catastróficas.
Las autoridades siguen con la mente en el próximo Año Santo, confiando en que el impacto del virus para entonces haya quedado en un mal recuerdo y se pueda volver al Camino con relativa normalidad y recuperar al menos el 50% de una cifra que para 2021 se estimaba cercana al medio millón de peregrinos, dado que de los 400.000 esperados para este año no llegará a alcanzarse a duras penas el 25%.
La implicación de las diferentes entidades públicas y privadas en esta materia está siendo más fuerte que nunca. El jueves día 16 de abril, se celebraba la Mesa del Camino de Santiago, una reunión virtual en la que estaban presentes diferentes Ministerios, como el de Cultura y Deporte, Turismo o Hacienda, así como representantes de las diferentes comunidades autónomas con mayor vinculación al Camino, entre ellas Galicia, Asturias, Castilla y León, Navarra, La Rioja o País Vasco entre otras. Del mismo modo, participaron en dicha mesa organismos como el propio Xacobeo, la Federación Española de Amigos del Camino de Santiago o su homónima francesa, la Association des Amis du Chemin de Saint-Jackes.
El objetivo era trabajar en la creación de un mensaje de unidad y en la garantía de que el Camino será un lugar seguro cuando todo esto haya pasado y las autoridades sanitarias pertinentes permitan de forma paulatina retomar las actividades de ocio. Se barajaron además determinados temas relacionados con la regulación de diferentes aspectos relacionados con el Camino, la gestión de la red pública de albergues o la necesidad de una.
Lo verdaderamente cierto es que no sabemos todavía cuándo se podrá volver al Camino de Santiago, toca estar pendientes de toda la evolución de las medidas que el Gobierno de España y la Organización Mundial de la Salud (OMS) vayan publicando. El esfuerzo que se realiza desde el Instituto para la Calidad Turística de España, el Clúster de Turismo de Galicia, la Dirección de Turismo, las diferentes asociaciones de amigos del Camino, de empresarios de hostelería y de los propios alojamientos y empresas de servicios relacionadas con la ruta es titánico, trabajando para impulsar medidas extraordinarias en materia de higiene, limpieza y control y protocolos técnicos para minimizar los riegos higiénico sanitarios existentes con el fin de garantizar la seguridad de los propios trabajadores y de los peregrinos cuando el cartel de abierto vuelva a estar colgado. Pero todo nos hace pensar que al menos en los próximos meses será complicado volver a sentir la emoción que nos regala cada etapa, por lo que ahora lo que toca es esperar con paciencia.
Ahora es el momento de pensar en ti, en nosotros, en los tuyos, en los nuestros, es tiempo de pararse a reflexionar y comprender que ahora no es el momento de salir al Camino, porque ahora hay algo mucho más importante en juego.
Queremos que tengas la certeza de que cuando todo esto haya pasado, nosotros seguiremos aquí para ti y el Camino seguirá esperándote. Para entonces ambos tendréis más ganas si cabe de conoceros, porque vuestra cita lleva mucho tiempo programándose y os encontrareis, te aseguramos que os encontraréis.
Tu primera etapa y tu llegaréis puntuales a la cita, pasaréis un día excepcional juntos, un día de esos que solo se terminan cuando el sol decida ponerle fin. Será primavera, quizás verano o incluso otoño, pero descuida, porque el sol tardará tanto en esconderse, que deberás mirar al horizonte con los ojos a medio cerrar, o quizás a medio abrir, según como se mire.
Así empezará vuestra historia, avanzarás etapa tras etapa y te sentirás como si la vida te hubiera entregado una lámpara de esas tan mágicas que conceden tres deseos, pero lo que no sabrás todavía es que cuando hayas llegado a Santiago te habrán sobrado dos, porque ahí si habrás descubierto la auténtica magia.
Siempre quisimos parecernos a la jirafa, que tiene tan lejos cabeza y corazón que se enamoró la semana pasada y todavía no lo sabe. Pero los peregrinos de verdad estamos muy lejos de ser racionales y solo atendemos al corazón; alguno hay incluso que ama tanto el Camino que hasta el corazón que dibujó con su bastón en el suelo de aquel sendero de tierra se ha puesto a latir.
Es difícil dar caza a nuestras ganas para mantenerlas a salvo, pero ahora toca ser responsables y planificar; pensar en cómo será ese momento en el que puedas emprender tu viaje al fin, un viaje que algunos piensan que termina en la Plaza del Obradoiro o en la Catedral, pero nada más lejos de la realidad, ya que sin duda el lugar a dónde has de llegar en únicamente a ti mismo. Ahora es momento de pensar en nuestros mayores, es nuestra familia, en todos aquellos que no tienen una alternativa para poder quedarse en casa, y si eres una de esas personas, es el momento de que recibas nuestro mayor aplauso, nuestra más sincera admiración, porque entonces, no eres solamente un peregrino, eres un peregrino con capa.
El Camino seguirá ahí cuando todo esto termine, y seguirá siendo de nadie y de todos al mismo tiempo. Entonces lo disfrutarás con más ganas que nunca, tanto que cuando tu primera cita termine, desearás que llegue la próxima, porque ya habrás terminado de entenderlo todo, vuestra historia será un romance que no se acabará nunca
¡Planifica tu aventura!
Te damos información sin compromiso