Camino Francés: Etapa 13

Abandonaremos la ciudad despidiéndonos de su seña de identidad, la catedral de Santa María, por la calle Fernán González, situada en su parte posterior. Tal y como hacían los peregrinos medievales, cruzaremos la puerta de San Martín para salir del antiguo recinto amurallado. Este arco también recibió el nombre de Puerta Judadera, ya que tras él se encontraba el barrio judío burgalés. Nada más cruzarlo giramos a la izquierda hacia la calle Emperador y un poco más adelante, de nuevo a la izquierda.

Continuamos por esta calle hasta doblar también a mano izquierda por la de Villalón, conduciéndonos finalmente al río Arlanzón, bajo el puente de Malatos (también conocido como el puente de los leprosos). Seguiremos por el margen derecho del río por el parque del Parral, pasando por delante de la impresionante sede de la Universidad de Burgos, antiguo hospital del Rey. Este edificio institucional en la antigüedad representaba uno de los hospitales de peregrinos más importantes del todo el Camino. Fue construido por orden del monarca Alfonso VIII de Castilla en el siglo XII para acoger a los romeros, que junto a una puerta con este mismo nombre podían visitar también la ermita de San Amaro.

Siguiendo siempre paralelos a la N-120, cruzamos en varios puntos la vía ferroviaria para continuar por un carril bici, tras pasar por una rotonda, que se interna entre varias facultades. Más adelante deberemos girar a la derecha, tal y como indica un cartel señalando el vivero forestal de “Los Guindales”. Caminaremos de frente por la calle Benito Pérez Galdós y diremos adiós al asfalto de la ciudad justo al llegar a la puerta de este establecimiento. A través de una pista llegaremos a una rotonda donde giraremos primero a la derecha y un poco más adelante a la izquierda a través de un sendero. Pasaremos muy cerca de la localidad de Villalbilla, por lo que si algún peregrino desea abastecerse o visitar este pueblo (el cual cuenta con varios establecimientos para pernoctar, farmacia y tiendas donde avituallarse) deberá desviarse. El Camino sigue por una pista hasta cruzar un túnel bajo la línea del AVE, donde tras pasarlo deberemos torcer a la izquierda.

Km 11,5 – Tardajos

Tras superar un paso elevado, giramos de nuevo a la izquierda, siempre paralelos a la carretera nacional. Pasamos bajo el acueducto de Arlanzón y, tras cruzar con precaución la carretera, atravesamos el río por el puente del Arzobispo, donde la leyenda dice que Alfonso VI cayó de su caballo río abajo mientras perseguía a unos enemigos. Tan solo nos separa un kilómetro de nuestra primera parada: Tardajos. En esta localidad se encuentra el yacimiento de Deobrigula, antigua ciudad del imperio romano abandonada poco antes de las Guerras Cántabras. Recorremos esta antigua urbe por las calles del Mediodía, plaza Leandro Mayoral y Real Poniente. Retomamos entonces la carretera, por su margen izquierdo como recomiendan algunas indicaciones, para cruzar posteriormente un puente sobre el río Urbel. Tan sólo dos kilómetros más adelante se encuentra la localidad de Rabé de las Calzadas, cuyo origen etimológico rememora que por ella pasaban varias vías romanas.

Km 13,5 – Rabé de las Calzadas

Accedemos al núcleo urbano por la calle de Santa Marina hasta la plaza de Francisco Riberas, donde se ubica un albergue con mucha historia y donde prácticamente han construido un museo de recuerdos del Camino. Tras pasear por sus calles medievales, debemos afrontar ya la peor parte de esta etapa, abandonando las apacibles sombras de sus casas por la calle Baldomero Pampliega. Emprendemos los últimos kilómetros que nos separan de Hornillos del Camino entre rectas infinitas, sobre la árida Castilla. Por suerte, tres kilómetros más allá de Rabé, la fuente de Praotorre aparece ante nosotros como un oasis en el desierto. Tras un pequeño ascenso, descenderemos por la cuesta de Matamulos, donde deberemos mirar donde pisamos ya que las piedras sueltas y la empinada pendiente pueden jugarnos una mala pasada. Tras cruzar una carretera y el río Hormazuela accederemos a Hornillos del Camino, localidad nacida al amparo del Camino y punto final de nuestra etapa número trece.

No olvides tener en cuenta:

Esta etapa es una de las más largas, unos treinta y dos kilómetros separa las localidades de Burgos y Hontana. Algunos peregrinos prefieren dividir esta etapa en dos, finalizando en Hornillos del Camino, donde encontraremos sin dificultad varios establecimientos para pernoctar.

Para las personas con movilidad reducida nos encontramos de nuevo con tramos muy dificultosos y en algunos puntos intransitables. Se recomienda circular con precaución hasta Rabé de las Calzadas y desde este punto desplazarse en algún medio de transporte alternativo, ya que el camino es intransitable para los peregrinos con algún tipo de problema físico. En cuanto a los bicigrinos, hay algunos tramos pedregosos en los que es probable que tengamos que bajarnos de nuestras bicis y recorrerlos a pie. Tampoco es una etapa fácil para ellos.

Si viajas en los meses de verano es imprescindible llevar protección solar, viseras o gorros y las cantimploras bien cargadas de agua, ya que las altas temperaturas y la ausencia de sombras son compañeros de viaje muy peligrosos. Si viajas en invierno, por el contrario, el intenso frío y las heladas dificultarán tu trayecto, siendo indispensable el chubasquero, botas impermeables y ropa de abrigo.