San Fiz de Solovio


Esta Iglesia es una parte fundamental de la Historia de Santiago y de la leyenda jacobea. Cuenta la tradición que en una ermita cercana a la aldea de Lobio, en el bosque de Libredón, vivía un monje eremita llamado Paio, dedicado a la contemplación y a la penitencia. Una noche oyó a lo lejos cantos celestiales y vio que unas luces iluminaban un camposanto, antiguo cementerio romano y, siglos después, visigodo. Siguiendo esas luces halló un sepulcro que el obispo de Iria Flavia, Teodomiro y, más tarde, el rey asturiano Alfonso III validarían como la auténtica tumba del Apóstol Santiago. A partir de entonces, en este templo residiría una comunidad monástica, que junto los monjes de Antealtares, se dedicaría a custodiar el Sepulcro. En el siglo X el obispo Sisnando ordenaría establecer en el lugar de la vieja ermita de Paio un hospital para pobres y peregrinos.

De la construcción original apenas se conservan restos. En el año 997, con la invasión del general Almanzor a la ciudad de Compostela, la iglesia de San Fiz quedó completamente destruida y gracias al apoyo tanto del obispo San Pedro de Mezonzo como del arzobispo Gelmíre más adelante, se reconstruyó como una pequeña iglesia románica.

El tímpano de la portada data del año 1316 y en él podemos observar restos de policromía que muy probablemente no sea la original. La escena representada es la de una Epifanía: la adoración de los Reyes Magos, con la figura de la Virgen con el Niño como protagonista de la composición. Además, también aparece la representación de Juan de Ben, el donante que financió la.

La Epifanía es una escena muy relaciona con el Camino de Santiago, ya que se considera la Adoración de los Reyes como un preludio de las peregrinaciones. Así como los Reyes Magos siguieron la luz de una estrella hasta llegar al pesebre del Niño Jesús, los peregrinos siguen la vía de las estrellas para llegar al Sepulcro de Santiago.

La última reforma de la Iglesia data del siglo XVIII, conservando del templo románico el pórtico y el tímpano. El campanario que corona la iglesia es obra del arquitecto del barroco gallego, Simón Rodríguez. Actualmente el templo tiene tres naves y, en el muro norte, se halla el sepulcro del cardenal Lopo González de Carballido. El retablo mayor, de un único cuerpo, está dedicado a la Virgen de los Milagros.

HORARIO
Visitable media hora antes del culto (sábados y vísperas de festivos a las 16:30)