Cammino del Nord: tappa 16

Nos despedimos de Colombres por las calles Pío Noriega y Francisco Sánchez, en busca de la carretera nacional. Irremediablemente deberemos de seguir por asfalto, prestando mucha atención al tráfico y llevando siempre elementos reflectantes si viajamos de noche o con días de lluvia y niebla. Pasaremos por los barrios del Peral y de La Franca; este último alberga una pequeña playa que cuando baja la marea se conecta con las colindantes de El Oso, El Viveru y Regorgueru. Además allí mismo se encuentra el Camping Playa de la Franca, el cual ofrece servicios específicos para peregrinos. Seguimos rumbo a Tresgrandas, abandonando al fin el peligroso tramo de la N-634 y adentrándonos en un camino que nace al lado de las vías del tren. Seguimos de frente, cruzamos un puente y volvemos a la carretera unos metros más adelante. Es conveniente resaltar que a partir de aquí no encontraremos ningún tipo de servicio a la vera del Camino, siendo necesario desviarse a alguna población cercana para comer o comprar algo. Desde este punto podemos dirigirnos hacia Buelna o Peldunes, a ambos lados del trazado o proseguir hasta Andrín. Para los que deseen tomar este desvío verán unas marcas rojas y blancas que apuntan a un camino paralelo y un poco más largo que el original. Aquí se nos presentan por lo tanto dos opciones: continuar por la ruta establecida o desviarnos ligeramente por la GR-E-9.

• Si seguimos el trazado Jacobeo tendremos que volver a la N-634 y de nuevo caminar sobre ella al menos durante otros dos kilómetros más, concretamente hasta Vidiago. Desde allí, sin perder de vista la nacional, pasaremos por Puertas de Vidiago y San Roque del Acebal, paso previo a Llanes. Todas estas localidades tienen los servicios básicos necesarios y en total desde Vidiago son sobre unos diez kilómetros.
• En cambio, si damos un pequeño rodeo y nos dirigimos hacia la GR-E-9, senda costera peatonal y cicloturista de gran recorrido que une Ribadedeva y Llanes, nos internaremos de lleno en la naturaleza. Accederemos a él tras pasar por el camping de Vidiago, pasando por los famosos Bufones de Arenillas. Un bufón es una formación geológica característica de las zonas costeras. Normalmente se sitúan en los margenes de los acantilados, creándose una “chimenea” entre ellos por donde sale agua a presión alcanzando hasta veinte metros de altura. Para ver este espectáculo es necesario que la marea esté llena y que el mar sea fuerte, así las olas pueden empujar contra la grieta y el agua subir por el canal provocando el sonido característico de este fenómeno, como de un silbato se tratase. A continuación la senda nos conduce al mirador sobre el río Purón y a continuación descendemos hacia un puente que nos permitirá acercarnos a Andrín. Un paseo peatonal nos llevará a otro mirador, en este caso el situado sobre la playa de La Ballota. Dejamos de lado el asfalto por un sendero que pasa por la ermita del Cristo del Camino y desde donde poder apreciar las vistas de las aldeas bajo la ladera de Cue y Llanes, bañadas por el Cantábrico. Esta capilla del siglo XVI se encuentra situada entre colinas, sobre el único camino que existía en la antigüedad para acceder a Llanes desde el oriente. Toca descender para entrar finalmente en Llanes, localidad con un extenso patrimonio artístico e histórico.

No olvides tener en cuenta: Como ya hemos comentado existen dos posibilidades a partir de la localidad de Pendueles. La más bonita es sin duda la que discurre en paralelo a la costa, pero no sigue el trazado original. Para realizar el Camino más “fiel” deberemos internarnos por las Puertas de Vidiago, más al interior, y siguiendo el curso de la carretera nacional. Para los que opten por la senda costera es necesario resaltar la ausencia de servicios entre Pendueles y Andrín. Ver todos los puntos de interés