Cammino del Nord: tappa 4

Abandonamos Deba por su ría, la cual cruzamos para dirigirnos hacia la carretera de Mutriku. Los ciclistas deberán de continuar por ella para alcanzar el punto final de esta etapa, el resto de peregrinos girarán a la izquierda un poco más adelante adentrándose en una pista ascendente. Rapidamente cambiaremos el asfalto por los caminos de tierra, rodeados de árboles y entre varios caseríos tan típicos de esta zona. A pesar de ser algo más de kilómetro y medio de subida, la tranquilidad del bosque y las vistas nos recompensarán con creces. Tras pasar por unas antenas de telefonía, cruzamos por una carretera para llegar a la ermita del Calvario. A la sombra y con el agua refrescante de una fuente algo tímida escondida tras un muro podemos hacer una pequeña parada para continuar hacia Olatz. Volviendo al asfalto cruzamos un poco más adelante de un asador la GI-3330, internándonos en un sendero rural cercado con numerosas portillas. Cruzaremos de nuevo la carretera para continuar sobre asfalto hacia la parroquia de Olatz, en Mutriku. El trazado pasa por delante de una pequeña ermita en honor a San Isidro, justo desde donde tomamos una pista asfaltada y ascendente. En la primera intersección debemos continuar de frente pero en la siguiente nos desviaremos por la izquierda, en busca de un sendero aún mas empinado que el anterior. Nos despedimos de la compañía del arroyo Anu y comenzamos a ascender, de nuevo pasando por delante de un caserío y alcanzando el collado de Arnoate, ya en tierras de Bizkaia. A la altura de una fuente, donde la mayoría de los peregrinos hacen un alto tras el duro ascenso, torcemos a la derecha rumbo al siguiente desafio del día: otra empinada cuesta. De nuevo transcurriremos entre varios caserios (Sakoneta, Arzorinzabal y Amulategi) y justo a la altura de este último giramos a la izquierda afrontando el repecho más empinado de esta jornada. Con los ojos puestos en el valle de Artibai emprendemos el duro descenso, tanto por la pendiente como por las condiciones del firme. El suave prado nos recibirá al final de este trecho, paso previo al barrio de Arretxinaga, muy conocido por la ermita de San Miguel. Este templo del siglo XVIII pero construido sobre otro de al menos otros cuatro siglos de antigüedad, se encuentra ubicado nada más y nada menos que el mismísimo corazón del valle. Destaca su construcción, realizada con piedras poco trabajadas, así como por las tres enormes rocas que se apoyan entre sí formando una especie de capilla. En el epicentro de esta unión se sitúa una figura del Arcángel San Miguel, protegido por estos monolitos de al menos cuarenta millones de años deantigüedad. También en las inmediaciones se sitúa la casa torre de Barroeta, del siglo XVI y perteneciente desde la Edad Media a una familia muy relevante en la historia de esta zona. Además presenció acontecimientos de gran importancia, como el nacimiento del abuelo de la reina Fabiola de Bélgica. Tras esta pequeña parada proseguimos con la ruta en busca del río Urko, el cual cruzamos hasta en dos ocasiones hasta la avenida de Arretxinaga. Posteriormente giramos a la izquierda por la calle Artibai y luego a la derecha por la de Osteko. Hemos alcanzado el albergue de los Padres Carmelitas, considerado el punto y final de esta bella pero tortuosa etapa. La localidad de Markina/Xemein está considerada la “universidad de la pelota” ya que muchos de los mejores jugadores de pelota vasca del mundo han salido de aquí.