Cammino del Nord: tappa 28

Si tomamos como punto de partida el albergue de peregrinos, al final de la calle giramos a la derecha en dirección a Arroxo. El camino se recrudece y muchos ciclistas optan por seguir por la N-634 hasta Mondoñedo. Será al llegar a este pequeño núcleo urbano cuando diremos oficialmente adiós a Lourenzá y Mondoñedo nos recibirá con una calurosa bienvenida. Pero antes aún tendremos que pasar por O Grove, previamente habiendo pasado bajo un puente de la A-8. A través de pistas de tierra nos aproximaremos a San Pedro da Torre y a su milenario santuario. Tras dejar atrás esta capilla seguimos a la izquierda, junto a una fuente y por un camino de tierra para alcanzar la aldea de Reguengo, la cual también alberga una fuente de agua potable donde refrescarse. Nos desviamos ahora a la derecha, entre frondosos árboles comenzaremos a vislumbrar ya Mondoñedo, en el valle del Masma. Tras cruzar la carretera general y desde el barrio de San Lázaro entraremos en la capital de la Mariña Central por su puente medieval. Si hemos salido temprano hoy por la mañana estamos obligados a descubrir todos los secretos de esta ciudad, destacando su catedral del siglo XIII y que aún conserva la puerta románica original. Además, la iglesia de Santiago y el Santuario de los Remedios, en cuyo interior se encuentra el conjunto barroco más destacable de la ciudad, también son visitas obligadas. Muy cerca de la catedral, reemprendemos el Camino hasta la Fonte Vella por la calle Rigueira. Una flecha nos indicará en el cruce que tomemos una pista local a mano izquierda, la cual recorreremos durante los siguientes kilómetros hasta Lousada. Estos ocho kilómetros aproximadamente transcurrirán entre pequeñas aldeas como San Caetano, Barbeitas y Mariz, donde encontraremos una gran fuente y un curioso establecimiento orientado a los peregrinos donde poder ducharse, comer algo o incluso quedarse a dormir a cambio de un donativo. Antes de la dura subida que da paso a Abadín aún tendremos que pasar por los pequeños núcleos de Padín, Casabella, Pacio y Lousada, donde tras superar unas casas aisladas abandonaremos el asfalto a mano izquierda en busca del río Valiñadares y de los restos de unos antiguos hornos de cal. Por este mismo sendero de tierra comenzamos a ascender al alto de A Xesta, lugar donde la niebla es muy habitual y obliga en muchas ocasiones a cortar la carretera paralela. Ya estamos en tierras de Abadín y tan sólo restan unos cuantos kilómetros para finalizar la etapa. Con las piernas ya exhaustas llegaremos a San Martiño de Galgao, lugar donde se realiza cada año la Romaría de San Cosme da Montaña y que supone un punto de encuentro para las gentes de la Mariña Lucense y de la Terra Chá. En su iglesia destaca el “limosneiro” situado en la capilla lateral derecha; a través de él, los fieles podían echar una limosna por este agujero y ver así las imágenes del interior. Además también podremos apreciar un bellísimo cruceiro donde en una cara nos muestra a Cristo y en la otra a la Piedad, así como otras figuras e inscripciones. Un poco más adelante nos reencontraremos con la N-634, punto de encuentro con aquellos que realizaron el trayecto desde Mondoñedo por carretera. Deberemos cruzar la calzada para tomar una pista asfaltada en el lugar de Quende para recorrer los restantes cuatro kilómetros hasta Gontán, donde encontraremos algunos servicios así como un albergue para los que decidan pernoctar aquí en vez de continuar hasta Abadín, a algo menos de un kilómetro de distancia. El patrimonio de esta localidad es muy variado, destacando los restos arqueológicos de la época megalítica y castrense así como la iglesia de Santa María de Abadín del siglo XII.

No olvides tener en cuenta: Es bastante usual que los ciclistas opten por continuar por la N-634 entre los municipios de Lourenzá y Mondoñedo, son tan sólo ocho kilómetros y se libran así de angostas calles y firmes inestables en algunos puntos. Para personas con movilidad reducida aconsejamos continuar por carretera. Ver todos los puntos de interés